domingo, 14 de mayo de 2023

Los pajeros


Los pajeros. Lo mal vistos que estamos los pajeros, incluso entre las personas más abiertas (todo el mundo cultural madrileño es abierto hasta que hablas de los inmigrantes y los pajeros). Anarquistas de los más acérrimos he conocido yo que, para descalificar a alguien de forma definitiva, te dicen:

–¿Ese? Bah, ese es un pajero.

El pajero tiene la misma fama que la mayor gentuza sin haber hecho ni la mitad de cosas malas. En puridad: sin haber hecho ninguna cosa mala. El pajero está visto como una persona turbia, marrana, acomplejada, colgada, psicológicamente descompuesta. A nosotros se nos dirige la misma acusación que a las feministas radicales: como se dice que no follamos, que somos feos, gordos y no triunfamos en el amor, se deduce que nos hemos vuelto pajeros (nosotros) y feministas (ellas).

Yo me pregunto: ¿de dónde procede tanto rechazo, para el poco daño que hacemos?

En el rechazo al pajero hay dos mil años de cristianismo.

En el rechazo al pajero hay dos mil años de penetradores, de activo vs pasivo, de sexo entendido como dominación y humillación del otro. Hay 150.000 años de odio al individuo, de rechazo a la singularidad, de calumnias al que no sirve para formar rebaño.

El pajero es pura fantasía y transgresión que supera fácilmente a cualquier relación sexual. ¿Quieres follarte a tres mujeres a la vez con tres pollas tuyas, quieres que tus mujeres tengan pollas, que tú tengas clítoris? ¿Quieres que cada mujer tenga dos o tres agujeros más, quieres tenerlos tú mismo? Eso es muy fácil de hacer para un pajero.

¿Crees que Rihanna o Beyonce son mujeres inalcanzables? No es cierto, están al alcance de una paja.

¿Crees que es imposible superar el cordón de seguridad de la reina Rania de Jordania? No es cierto, si eres un pajero.

¿Crees que no es posible entrar en el vestuario de Serena Williams y ser maravillosamente sodomizado por ella? No te preocupes, nada es imposible para el Sr. Paja.

En las pajas he sido homosexual, travesti, tranny, camarera; en la pajas he follado encima de una bicicleta (y nunca dejamos de pedalear); en las pajas me he enamorado de un buzón de correos y de un maniquí de escaparate; en las pajas he ido más allá de mí, he ido a veces contra mí: he sido mejor de lo que soy, me he superado.

En las pajas he hecho cosas que vosotros los pobres penetradores no haréis ni en sueños; que vosotros los merodeadores de simples cuerpos reales no conoceréis jamás. Casi me dais lástima, pobres seres cuadrados de mentes cuadradas y pollas cuadradas, lástima vuestra falta de imaginación, vuestro porno barato, vuestros límites. ¡Lástima vuestra limitada masculinidad orgullo de vuestras limitadas madres!


jueves, 4 de mayo de 2023

Nuevas diferencias entre poetas obvios y poetas elípticos


Batania, mendrugo neorrabioso, sorprendido por los últimas manifestaciones de las nuevas hornadas de poetas panhispánicos, que se proclaman originales, independientes y enemigos de cualquier tipo de cuadra o escuela, ha decidido investigar y ha llegado a la conclusión, después de leerlos y sufrirlos durante al menos nueve minutos, de que su pretendida heterogeneidad solo es una fina película bajo la que ocultan su pertenencia a las dos escuelas poéticas de siempre, la de los obvios (qué sin cómo) y la de los elípticos (cómo sin qué). Por tanto, con la mirada fija en el firmamento, con animus jocandi y jodiendi, su ojo maniqueo clasifica, etiqueta, polariza:

POETAS OBVIOS:
Vagos y maleantes, políticos y moralistas, alcohólicos que además escriben poesía, drogadictos que además escriben poesía, alegristas, convexos, mazorrales, cachicuernos, neorrabiosos con spray, burrosquianos con dislexia, resentidos profesionales, periféricos, realistas, defensores de la libertad creativa por el solo miedo de tener que leerse un libro, defensores del vocabulario sencillo para disimular su falta de vocabulario, legionarios que toman la pluma como si fuera una ametralladora,  foreros, analfabestias, verdadosos del “yo voy con la verdad por delante”, subjetivos, levantanovias, futboleros, lectores a mucha honra de Corín Tellado y Lafuente Estefanía, pirómanos, domingueros, amigos de lo ajeno, presos que disfrutan del tercer grado, naturalistas de Greenpeace, alternativos sin alternativa, perdedores natos, morralleros, camorristas, seguidores de Alberto Caeiro si supieran quién es Alberto Caeiro, autoeditados, sectarios del “se escribe con cojones”, diletantes de basta cultura, psicópatas, pajilleros que lucen en su escritorio una foto de Megan Fox, silvestres, espontáneos, Benedetti forever, alérgicos al polen, escatólogos con bate de béisbol, explicativos, discursivos de la escuela de la ignorancia, confesionales a lo Lucía Lapiedra pero más pornográficos, fulanos que escriben después de arremangarse y escupirse en las dos manos, brutos, prosíos, liriprosos, soldados rasos del escribe-lo-que-te-salga-de-los-güe-bos y, en definitiva, todos los que consideran que el poema, para que sea bueno a) debe escribirse en diez minutos y sobra tiempo b) debe escandalizar a tu madre o es una mierda y c) debe entenderlo todo el mundo, incluidas las Miss Venezuela o los jugadores del Real Madrid.

POETAS ELÍPTICOS:
Metacínicos y endecapléjicos, etimólogos del pleistoceno, encorbatados que lucen en su escritorio un retrato del Rey y otro de Navarro Tomás, miraquelindos, jerigóngoros, ganapremios, apolíticos de derechas, ateneístas y subiendo, cursilíneos con omega tres, cóncavos, amargados, partidarios de la escuela del silencio que no terminan de callarse, partidarios de contar las sílabas porque les parece difícil, sonsonetistas, heraclíteos, gongomallarmeanos, latinistas que no saben latín, helenistas que no saben griego, orientalistas furibundos que no quieren moverse de Occidente, antifútbol, minimalistos, ortogafes, spices pijas, borrachos de cerveza sin alcohol, matraqueros del “hay que aprender las reglas antes de romperlas”, librescos, funebristas, estirados que presumen de no leer nunca traducciones, diagonales, clarinetistas, budistas de Nike, hinduistas con Mercedes, Gamoneda qué bien te queda, soldados de la-poesía-se-debe-escribir-así, metricarcas, objetivos, gramatísicos, sectarios que confunden el verso con la repostería, sectarios que confunden el verso con los sonajeros, snobs, ultramanidos, catetodráticos, lectores despaciosos y profundos de todo salvo de “El traje nuevo del emperador”, sinuosos, metricoñazos, bigenarios, señores que se proponen el aburrimiento y lo consiguen, señores que sostienen que la realidad es prosaica y en su caso es cierto, ajedrecistas, domadores, rigurosos de rigor mortis, vanguardistas que descubren novedades que ya trabajaba Catulo y, en definitiva, todos los que consideran que el poema, para que sea bueno a) no debe decir nada ni falta que hace, b) no debe entenderse ni con mapa del tesoro y c) debe tardar en escribirse al menos diecisiete años.

Entrevista al coronavirus


NEORRABIOSO: Buenas tardes, Coronavirus, ¿le tengo que tratar en masculino o en femenino? 
CORONAVIRUS: Me da igual. Yo soy simple mala gente, y la mala gente es otro género.

N: ¿Por qué dio usted el salto a los humanos tras tanto tiempo causando estragos entre los animales?   
CORONAVIRUS: Matar animales no me llenaba, ¿sabe? Tienen algo los animales de nobleza anterior que me confundía. Cuando los mataba mientras me miraban fijamente a los ojos, se me ponía mal cuerpo. No quiero que me vea usted como un imbécil, ojo, como alguien con principios, pero a los humanos los mato sin ningún escrúpulo de conciencia porque llegado el momento pueden ser la misma gentuza que yo.

N: ¿Cómo va su campaña en China?
CORONAVIRUS: Muy mal. Durante las primeras semanas me puse las botas, pero ya no tengo ninguna oportunidad. Los chinos son cívicos, disciplinados y, lo peor, piensan en los demás. A nadie he escuchado en China decir "bah, este virus no importa, solo mata a viejos" porque, al parecer, los chinos dan mucha importancia a la vida de los ancianos, ellos sabrán por qué. Los chinos no solo tratan de salvarse a sí mismos, sino que los muy estúpidos también tratan de salvar a personas que no conocen y que viven a miles de kilómetros, aggg. Perdone, pero me da mucho asco la gente solidaria y con vocación ciudadana. ¡Qué cruz los chinos!

N: ¿Y en España cómo van sus primeros pasos?
CORONAVIRUS: España es una maravilla. Desde el primer día me han recibido con los brazos abiertos. Aquí me voy a hinchar.

N: ¿Qué me está diciendo? ¿Sugiere que los españoles están colaborando con usted?  
CORONAVIRUS: En España no hay civismo, ni disciplina, ni obediencia, y no hay mayor enemigo de un español que otro español. Le contaré una cosa: el pasado domingo me hinché a contagiar madrileños en Vistalegre y en el 8M. Y cada vez que contagio a un facha, el rojo lo celebra, y cada vez que contagio a una feminista, es el facha quien se llena de gozo. Si contagio a un indepe, el españolista se alegra, y viceversa. A todos los sitios que voy me reciben con alfombra roja. ¡Da gusto encontrarse con estas condiciones de trabajo!

N: No se confíe: al final acabaremos con usted.
CORONAVIRUS: ¿De verdad? ¿Usted y cuántos más? Perdone, pero es imposible. Para derrotarme, los españoles tendrían que dejar de ser españoles. He leído los manuales que se editan contra mí y están muy equivocados.

N: ¿Cómo? ¿En qué nos estamos equivocando? ¿No tenemos que lavarnos las manos con jabón ocho veces al día? ¿No tenemos que evitar los espacios cerrados? ¿No es necesario limpiarse tras tocar los pomos de las puertas? 

CORONAVIRUS: A ver, a ver, todo eso son tonterías si no prohíbes lo esencial: el tono de voz. Los españoles hablan con un tono de voz que hace mis delicias. No saben hablar: gritan. Y cada vez que abren la boca, ¡zas!, contagio al canto.

N: ¿Qué tiene usted contra las personas que hablan en voz alta?
CORONAVIRUS: Mire, en algunos países no estoy consiguiendo buenos resultados porque hablan muy bajito y no escupen nada. En cambio los españoles, cuando hablan, duchan a todo el mundo, sobre todo con sus dos frases favoritas.

N: ¿Frases favoritas? ¿De qué frases me está hablando?
CORONAVIRUS: A ver, todavía no conozco a los españoles muy bien, pero las dos frases-lapo que más he escuchado entre ellos, aquellas que dicen mientras escupen y con las que consigo mayor número de contagios, son "¡Esto lo arreglo yo en cinco minutos!", y "¡Usted no sabe con quién está hablando!". A menudo las dicen mientras dan un puñetazo en la mesa.

N: Pero..., ¿cuándo tiene usted pensado marcharse de España?
CORONAVIRUS: Está loco quien piense que me voy a ir. Este es el lugar ideal para quedarse. Nunca había estado ante gente ni gobernantes tan colaborativos.

N: No, no meta a los gobernantes en esto.
CORONAVIRUS: No se haga el digno, por favor. Cuando el gobierno madrileño suspendió las clases, cualquiera sabía que al día siguiente los niños iban a estar en los parques infantiles con sus abuelos: ¡la de contagios que he conseguido entre población de riesgo! Y si tú das días libres a personas tan poco responsables como los madrileños, cualquiera sabe que van a coger el coche y van a salir de vacaciones a la costa. ¡A estas horas estoy infectando medio litoral y medio Mediterráneo, los madrileños son mis colaboradores predilectos!

N: Diríase que considera malas personas a esos madrileños.
CORONAVIRUS: ¿Cómo llamaría usted a unas personas que, perteneciendo a la capital de España y con la obligación de dar ejemplo al resto, convierten el parón laboral forzado por mis contagios en unas vacaciones y, con todo el país en alarma, se lanzan con el coche fuera de Madrid llevando la infección a todas partes, con tan poco tacto que han creado retenciones kilométricas en las autopistas con salida hacia Galicia, el Mediterráneo y Andalucía? Yo, que me considero un hijodeputa, le puedo decir que esos madrileños son de los míos y entre ellos me siento como en casa.

N: Es que aquí en Madrid, con los recortes que se hicieron en Sanidad, no hay camas suficientes y los hospitales no dan abasto para hacerle frente a usted.
CORONAVIRUS: No se preocupen por construir más hospitales: lo que yo les sugiero es que vayan construyendo más cementerios.

N: Me da mucha vergüenza su manera de hablar.
CORONAVIRUS: Tranquilo, no se enoje. Piense que dentro de unos siglos, cuando todo esto haya pasado, mi nombre estará ligado al de los españoles. Fútbol y coronavirus serán las dos palabras por las que serán conocidos ustedes, los dos elementos que, aunque extendidos por todo el mundo, en ustedes adquirieron rango de obra maestra. Dé usted por sentado que en España pondrán muchas calles a mi nombre.

N: ¿Piensan usted que le van a poner nombres de calles por causar muertes y sembrar la desolación?   
CORONAVIRUS: Si ustedes han puesto tantas a Colón, Cortés y Pizarro, qué menos que ponérmelas a mí, si bien no creo que yo consiga matar a tantos. ¿O es que ahora en España causar masacres no te convierte en héroe?

N: Es usted impresentable.
CORONAVIRUS: No se sulfure, por favor. Tampoco tengo la culpa yo de que ustedes no tengan ninguna consideración con los mayores.

N: ¿Qué quiere decir? ¡En España amamos a nuestros abuelos!
CORONAVIRUS: ¿De verdad? Venga conmigo a Asia y África: allí sí que he visto respeto y hasta veneración por los ancianos. En España, en cambio, un viejo es una silla antigua que ya nadie sabe dónde colocar. Hasta noto cierto brillo en los ojos de los hijos, porque desde mi llegada adivinan que se va a adelantar la hora de las herencias. Y el gobierno no lo dice, pero está pidiéndome a gritos que me lleve 300.000 viejos por delante para sanear las pensiones. Perdone que les llame viejos, ojo, pero esa es la palabra que veo que utilizan aquí.

N: Estoy a punto de vomitar. 
CORONAVIRUS: ¿Vomitar? Bah, es usted un blando. Por cierto, ¿dónde vive usted? ¿No decía que vivía en Carabanchel? 

N: ¡No! ¡Le ruego que no venga aquí! ¡Le advierto que como haga algo a uno de los tres gatos que vive conmigo!...
CORONAVIRUS: Tranquilo, hombre, tranquilo. Los animales ya no me interesan: me parecen infinitamente más profundos, más inteligentes y más bondadosos que los humanos. Y usted no está entre la población de riesgo. Mírelo por el lado bueno. Quizá yo sea una gran oportunidad para que ustedes los españoles reflexionen, eso que hacen tan poco, y lleguen a algún acuerdo en algo. Mientras tanto, les recomiendo que hablen un poco más bajo. Lo mejor que podrían hacer ustedes, conmigo o sin mí, es hablar un poco más bajo.

lunes, 13 de marzo de 2023

El llorón de blog


EL LLORÓN a secas, con el añadido de infantilidad que viene con el personaje, tiene muy poco recorrido, porque en el momento en que nota que nadie le hace caso se llama a silencio. Si nadie me mira, se dice, ¿para qué seguir llorando? 

Especie muy distinta es el llorón de blog. El llorón de blog tiene a la vista un escenario y un público que nunca se acaban, por lo que puede estirar sus lágrimas hasta Tegucigalpa o más lejos, hasta convertirse en un llorón de fondo, con músculos de repuesto debajo de los párpados, dotados de capacidad suficiente para correr maratones de lamentos.

Me pasé los 33 primeros años de mi vida siendo un llorón a secas, con los descansos que se toman todos los llorones cuando nadie les da bola, pero desde que en 2008 fundé este blog y me convertí en un llorón de blog, no he dejado de llorar un solo día y hasta mantengo un hermoso criadero de lágrimas.

Puede ocurrirme que no tenga nada que contar; puede ocurrirme que no tenga ganas de escribir; pero teniendo el blog a la vista siempre se me ocurre algo que llorar.


Siete diferencias entre poetas miraquelindos y poeta neorrabiosos


BATANIA, PIRATA neorrabioso, enterado de las últimas propuestas para encerrar con candado al viento, y siempre dispuesto a aplicar su teclado contra los cementerios, ha escrito estas siete diferencias para risa de los sencillos e indignación de los complejos, como catálogo inútil de prevenciones y propuesta tonta de nueva respiración. Por tanto, pulsadas las teclas de la malevolencia, sabiendo que el único futuro es la carcajada, apunta, señala, arriesga, dice:

1. Un poeta miraquelindo de guirnalda y azahares solo escribe poemas para publicarlos en libro, pues sabe que la impresión es el camino más prestigioso y además el único, y por ello trabaja con el cerrojo echado y las persianas bajadas, no sea que el gato de la vecina le plagie, y apenas concluye un puñado corre al registro como si llevara Residencia en la tierra, pero un poeta neorrabioso de puerro y garbanzos quemados trabaja con las venas abiertas y las ventanas abiertas, lo mismo en el foro que en el blog, en el recital o en la pared, igual con bolígrafo que con Windows, con su voz o con el aerosol, sin publicidad ni Creative Commons, y siempre se acuerda de Bach, al que no le parecía poco componer para la misa del domingo.

2. Un poeta cursilíneo de turquesa y gargantilla siempre se muestra alabancero con los escritores antiguos, a los que eleva a padres conscriptos y gigantes inalcanzables, y gusta de cubrirlos de incienso y enseñanza obligatoria, de forma que a nadie se le ocurre igualarlos, pero un poeta neorrabioso de pedrusco y alcachofa los lee desconfiado y con la sola intención de superarlos, pues sospecha que aquellos viejos también se echaban pedos, y hasta deja notas en el margen de sus libros de Quevedo: “¡Ja! Te equivocaste otra vez, Paco”.

3. Un poeta endecapléjico de jazmín y barra de labios siempre reivindica la humildad en el trabajo, pues sospecha de su falta de pasión y teme al que asoma la cabeza, de forma que sigue escribiendo el mismo poema después de treinta años, pero un poeta neorrabioso de verruga y algarrobo lanza su hambriento hasta más allá de sus límites, a unicornios fuera de sus posibilidades, a ver qué pasa, y luego se ríe con risa de bisonte al notar lo fácil que los alcanza, sorprendido de unas facultades que ni siquiera sospechaba.

4. Un poeta metatísico de astenia y amarilis considera que la realidad es fácil y manida, sucia y concreta, fea y peligrosa, de forma que se asusta mucho de los que utilizan la palabra “tornillo” en sus poemas, pues él siempre está en búsqueda de absolutos y territorios que cree inexplorados, pero un poeta neorrabioso de cicuta y abrojos ama la realidad y lucha por entenderla, de modo que se asombra ante lo multiforme e inabarcable de lo que le rodea, al punto de que su vida es un continuo descubrimiento: “Ostras”, dice de pronto, “¡ese buzón me ha guiñado un ojo!”.

5. Un poeta herbívoro de voluta y cornalina siempre escribe triste, versitriste y megatriste, por más que lleve diez años enamorado y tenga un trabajo de a millón de euros, aparte de dos niños monada que a los cuatro años ya le han aprendido a contar las sílabas, porque cree que el poema es un paño de lágrimas y se puede engañar al lector con el azúcar negro del hacia abajo, pero un poeta neorrabioso de chinarro y espinaca escribe riendo, versirriendo y megarriendo, lo mismo en el bar que en la calle, en el verso que en el reverso, de todos y con todos, lambda, sigma y ómicron, de forma que sus poemas cascabeles enfadan a los jóvenes bigenarios pero agradan a los viejos octogeniales.

6. Un poeta sonsonetista de alfombra y muñequería siempre reivindica el rigor en el verso, y para ello trabaja de acuerdo a las leyes de pesos y medidas, de forma que lo va cubriendo de abalorios hasta hacer del poema un bordado, pero un poeta neorrabioso de cardo y cianuro escribe con la camisa por fuera y el alma por fuera, tan imperfecto como una lechuga o como una manzana, al modo de ese azor que vuela magnífico sin preguntarse por el mecanismo de sus alas.

7. Un poeta poelicía de girasol y heliotropo siempre teme al poeta de talento, al que suele dirigir palabras de rebaja, pues cree que la altura del otro es un desdoro para sí mismo, de forma que le preocupan todas las superioridades que no lleven su nombre, pero un poeta neorrabioso ladronero y carirraído siempre admira a los que son mejores que él y los anima más allá de sus fuerzas, con una emoción que no siente ni consigo mismo, con una intensidad que ni siquiera emplea en su favor.



jueves, 9 de marzo de 2023

Catálogo de gilipoetas


BATANIA, VERRUGA neorrabiosa, reunido ante los altos tribunales de sí mismo, confesados sus atajos para hacerse Píndaro en una noche, y profundamente arrepentido de sus audacias, se ha impuesto como penitencia este Catálogo de gilipoetas, donde detallará sus mentiras y las de sus maestros. Por tanto, asida la péñola de la verdad, define y acusa a los siguientes poetas:

1. El que anuncia que la posteridad le hará justicia y exhibe como estampitas a Lautréamont y Van Gogh, genios muertos en el anonimato, sólo para que notemos analogías con su autor favorito, que es él mismo, y habla de venganzas póstumas y generaciones reparadoras, sólo porque el martes cumplió 93 años y no ha conseguido publicar nada más que un poema, y fue en coedición con el alcalde de su pueblo, GILIPOETA DE SIGLO TREINTA Y TRES O CUARTO MILENIO.

2. El que denuncia los tongos de los premios literarios, sólo porque no está bien colocado para meter allí su pituitaria, y ataca al Adorión y al Hipenais y a los Juegos Florales de segundo de BUP, todo porque no se le mete en la cabeza que, para ganar un concurso, quizá deba asombrarnos a todos y escribir un verso decente, GILIPOETA DE TRES ENCHUFES Y CINCUENTA WATIOS.

3. El que acusa por pedestres a los poetas sociales, bukowskianos o de la experiencia, sólo porque él ha nacido en Serrano y siempre tuvo paga doble los domingos, y considera que escribir la palabra zanahoria o la palabra tenedor es ramplón y chabacano, todo porque él sólo escribe de cantárida para arriba, y piensa que la leche se hace en Carrefour y las ovejas las fabrican en serie los de la General Motors, GILIPOETA PIRRIMPLÍN Y DE PARIS HILTON.

4. El que para corregir al gilipoeta anterior denuncia a los poetas puros y se erige en mandamás de la sencillez y del vocabulario raso, sólo porque no quiere comprarse un diccionario y quedarse una tarde a leer un libro, y mueve su mandíbula contra los maricones y jardineros, entre los que incluye a toda la poesía universal, sólo porque lo que de verdad le mueve es la prosa y aún no se ha dado cuenta, GILIPOETA MAZORRAL Y CABRA DE LA LEGIÓN.

5. El que ataca a Gamoneda y a Gonzalo Rojas, a Benedetti y a Nicanor Parra, a Gioconda Belli y a Aridjis, a Gimferrer y a Idea Vilariño, y también a Gelman y Olvido García Valdés, de tal forma que le disgusta todo lo que levanta un palmo del suelo, sólo porque sufre alergia a la excelencia y padece atracones de envidia cochina, y en cambio le gusta menudear entre minivates y analfabetos de cinco tenedores, todo para abusar de su pretendida genialidad, y hasta se opone a las acacias de las aceras, porque le dan mucha sombra, GILIPOETA TIÑOSO y CABEZA DE RATÓN.

6. El que siempre está escribiendo el poemario del siglo, y ya han pasado cinco años y no ha enseñado ni la uña de un verso, y aún se escuda en que Virgilio tardó más en escribir la Eneida, sólo por darse el pisto de profesional y riguroso, GILIPOETA DE LARGO PLAZO AL 9% DE INTERÉS.

7. El que siempre está amenazando con el suicidio y ha intentado matarse muchas veces, tantas que va por la número setenta, todas fallidas por mala suerte, a causa de que sacó un notable en el tercer parcial de geografía, donde él solía sacar sobresaliente, o porque su tía le obligó a ponerse aquel jueves unos calcetines amarillos, a él que no puede sufrirlos, y detalla compungido que no ha podido superar aquello, por más que ya hayan pasado treinta y cinco años, GILIPOETA DE TÍRATE DE UNA VEZ Y DÉJAME EN PAZ.

8. El que se pinta el pelo de verde y mañana de amarillo, y luego de azul y más tarde de rojo, sólo para que veamos la genialidad que se nos escapa en sus poemas, y te cuenta historias asombrosas que le pondrían a la altura de Leónidas, si no fuera porque nunca hay testigos de sus hechos, pues es la única fuente de sus hazañas, GILIPOETA DE CIEN CAÑOÑES POR BANDA Y A TODA VELA.

9. El que escribe sus poemas a lo claro, y una vez acabados los oscurece, sin duda para aparentar una profundidad que no tiene, y afila el pico para hablar de otreidades, estéticas del vacío y la fuerza del silencio, sólo porque una vez fue concreto y le llamaron asno, GILIPOETA DEL MINOTAURO Y SIN FAROS ANTINIEBLA.

10. El que denuncia a los poetas que dedican todo su tiempo a la poesía, y les acusa de profesionales y de violadores de las musas, y con acento grave señala que la inspiración sólo se concede a quien no la pide, todo porque él sólo puede escribir el sábado y el domingo, pues el resto de la semana trabaja de sirviente para Telefónica, GILIPOETA DE MENOS ES MÁS TONTO.

11. El que lee como cinco bibliotecarios, sin preocuparse de hacerlo despacio, y gusta de atacar a todas las bases sociales, familiares y territoriales, que son las mismas que le permiten su dedicación a la poesía, y aún así lo único que ha conseguido hasta ahora es que le llamen honrado, y de tal manera que no sabe si es insulto o elogio, GILIPOETA BATÁNICO O NEORRABIOSO.

12. El que piensa que la poesía es decir cosas lindas y correctas, y lamenta la vanidad de algunos autores, sólo porque piensa que el mundo es Carolina en las montañas, y aún te dice que los grandes logros vienen siempre del trabajo, la bondad y la justicia, y da por hecho que los grandes vates fueron santos, todo porque no ha leído sus biografías, que si las leyera hasta Atila le parecería un niño de San Ildefonso, GILIPOETA DE AGUA BENDITA Y PRIMERA COMUNIÓN.

13. El que frecuenta a poetas célebres y se hace fotografías con ellos, y piensa que la literatura es un coctail, y cree que así adelanta en la diadema de Apolo, y aún te dice que es amigo de tal y de cual, como si no fuera público que nunca hubo amistad entre dos poetas, salvo las veces que se unen para atacar a un tercero, GILIPOETA DE AYER ESTUVE CON MENGANO.

14. El que afirma que poetas como Poe, Verlaine o Ginsberg deben su estro a las drogas, y para ello ha pasado sucesivamente por el vino, la cerveza, el whisky, el vodka, el hachís, el LSD y la cocaína, para lo cual ha tenido que vender las joyas de su madre, aparte de la temporada que pasó en una clínica de desintoxicación, y aún sospecha que sus versos no mejoran porque no acierta con la sustancia adecuada, como si fuera tan fácil hacer un caballo andaluz de un burro manchego, GILIPOETA SUSTANCIOSO Y CAMELLERO.

15. El que asegura que el intríngulis de los grandes poetas fue su vida desgraciada, y se lamenta de haber nacido en La Moraleja, y a veces pierde los nervios contra sus padres, a los que acusa de haberle mimado a caviar, colegios de pago y niquis de cocodrilo, pues piensa sin duda que le han arruinado el talento que de todas formas no tenía, GILIPOETA DE VETE A MAMARLA.


martes, 10 de enero de 2023

TINTÍN EN EL CONGO


Un estudiante congoleño ha puesto una demanda contra la editorial Moulinsart para que retire de las librerías belgas el libro de cómic Tintín en el Congo. Aduce que el libro es racista y tiene razón. Como la iniciativa me parece buena, me he animado a hacer una lista con otras obras que en mi humilde opinión también deberían ser retiradas. Ahí va:

La Ilíada y La Odisea, por exaltación de la guerra y la mentira.
La República, de Platón, por totalitaria.
La Biblia, al menos Levítico y Apocalipsis de San Juan.
El Príncipe, de Maquiavelo, por maquiavélico.
El mercader de Venecia, de Shakespeare, por antisemita.
–Quevedo, de la A a la Z, y él sabrá por qué.
Tarzán, de Burroughs, por racista.
–Todo Kipling, por imperialista.
Juventud, egolatría, de Baroja, por menosprecio a los sudamericanos.
Gilles, de Drieu La Rochelle, por fascista.
–Varios poemas de Alberti, Neruda, Vallejo y Miguel Hernández, por estalinistas.
Cien años de soledad, por invitación al bestialismo.
–Bukowski completo, por machista.

Es solo un botón. He encontrado limpios de polvo y paja El PrincipitoLos Hollister y La cocina de Karlos Arguiñano. Tampoco he visto nada raro en la obra de Corín Tellado y Paulo Coelho.